Nuestra misión y valores
NUESTRA MISIÓN
Colaborando con otros, deseamos servir a los pobres, promover la justicia, aprovechar la fuerza de la solidaridad mundial y crear un cambio transformacional para acabar con la pobreza, con la desigualdad y con las amenazas al medioambiente, tanto a nivel mundial como a nivel local.
NUESTROS VALORES Y PRINCIPIOS
Formamos parte de una comunidad mundial de aprendizaje y acción que está abierta a trabajar con todas las personas y grupos de buena voluntad. Como CIDSE, reflexionamos y actuamos de acuerdo con los siguientes valores y principios
DIGNIDAD
Toda persona posée la misma dignidad que se ve concretizada en los derechos humanos. Cuando se violan los derechos humanos, se viola la dignidad humana. Por esta razón, CIDSE trabaja para ayudar a aquellos a los que se les ven negados sus derechos y su dignidad para que puedan definir ellos mismos cómo desean vivir dentro de la comunidad internacional. También asumimos nuestras propias responsabilidades y nos esforzamos por cambiar aquellos comportamientos y estructuras en nuestros propios países que tengan un impacto sobre la dignidad humana en todo el mundo, a nivel individual y a nivel político.
SOLIDARIDAD
Todos estamos interrelacionados como personas y como hijos de Dios. Trabajamos con las personas y las comunidades que viven en situación de pobreza, excluidas u oprimidas, para ayudarles a cambiar su situación. ¿Por qué hay personas pobres o marginadas? ¿Cuáles son las estructuras injustas subyacentes? ¿Cuál es la relación con la cultura, las empresas o la política en nuestros propios países? Por esta razón, la solidaridad también nos cambia y transforma nuestros países/sociedades.
APROPIACIÓN
Los miembros de CIDSE acordarán juntos la forma de traducir nuestra misión común en estrategias y actividades conjuntas. Los debates y decisiones estratégicas son inclusivas, lo que permite a los miembros participar activamente y en pie de igualdad. Al compartir los recursos y la experiencia de toda la red, no solo intentamos alcanzar nuestros objetivos comunes, sino también contribuir a los logros individuales de nuestras organizaciones miembros. Como organizaciones católicas buscamos predicar con el ejemplo.
Colaboraciones
Basamos nuestra cooperación con nuestras contrapartes de África, Asia, Oceanía, América Latina y Oriente Medio en la confianza, los valores compartidos y los objetivos comunes. Aunque somos conscientes de los problemas de poder subyacentes a algunas relaciones, buscamos establecer y mantener una relación equitativa. A través del diálogo conjunto, del análisis y del trabajo de incidencia, compartimos la responsabilidad por el impacto que podemos lograr juntos y el reconocimiento que adquirimos así.
DIÁLOGO
Estamos convencidos de que escuchar, entender, aprender y comunicar los unos con los otros es fundamental para cualquier proceso de cambio. Conforman los cimientos de la comprensión mutua, de la convivencia y de la cooperación significativa, tanto a nivel local como a nivel mundial. El desarrollo del diálogo con nuestras contrapartes en otros continentes es fundamental para nuestra forma de trabajar.
SUBSIDIARIEDAD
Mientras nos esforzamos por cumplir la misión de nuestra red y alcanzar los objetivos marcados, intentamos llevar a la práctica el principio de subsidiariedad y aportar a las personas responsables de las diferentes áreas de nuestro trabajo el apoyo que requieren. Por supuesto, el principio de subsidiariedad – trabajar lo más estrechamente posible con las personas a las que intentamos representar – no solo se aplica a las estructuras de trabajo dentro de CIDSE, sino también a la forma en la que CIDSE coopera con sus contrapartes en el Sur.
SOSTENIBILIDAD
Somos los administradores de la Tierra, no sus propietarios. Formamos parte del medioambiente y cualquier daño que se le ocasiona, redunda en contra de la humanidad. Cuando promovamos el desarrollo humano, debemos hacerlo respetando los límites del planeta. Debemos proteger los recursos de los que dependen las generaciones actuales y futuras. En este sentido, pensamos que el Norte y el Sur tienen responsabilidades conjuntas, pero al mismo tiempo diferenciadas.
VIDA SENCILLA
Creemos que la simplicidad es enriquecedora. No vemos el sentido de acumular cada vez más riqueza material. Una “buena vida” implica un estilo de vida más modesto para los habitantes del Norte y, en general, para los ricos de todo el mundo, lo que significa que debemos fijarnos límites que tengan en cuenta la sostenibilidad del planeta en el que vivimos y la necesidad de ofrecer justicia a nuestro prójimo, especialmente en el Sur, con el que compartimos la Tierra.
BUENA ADMINISTRACIÓN
Nos comprometemos a cumplir estándares pro-fesionales, en otras palabras nos esforzamos por ser buenos administradores de los recursos que nos han sido encomendados: realizar nuestro trabajo de forma rentable, rendir cuentas de forma abierta y ser transparentes en nuestra toma de decisiones. Nos centramos en los resultados e intentamos demostrar continuamente la forma en la que logramos el mayor impacto posible.