"Yo decidiré eso": Patriarcado en la industria de los medios - CIDSE

"Yo decidiré eso": Patriarcado en la industria de los medios

Como fotógrafo documental, Ana Palacios ilumina los proyectos de recuperación y consolidación de la paz posteriores a conflictos. Ella fotografía los lugares rotos del mundo: orfanatos, asilos, hospitales, unidades psiquiátricas y guetos. Su intención es hacer visibles las comunidades vulnerables con un sentido de optimismo y esperanza.  

Su trabajo sobre cooperación en el desarrollo ha sido publicado en todo el mundo en medios como Al Jazeera, BBC, The Guardian y The New Internationalist, y ha recibido premios internacionales. 

Ella es la autora de "Amazon frágil", Exposición fotográfica organizada por CIDSE y REPAM en el Sínodo Pan-Amazónico. Pero la entrevistamos sobre el feminismo y cómo su fotografía tiene un impacto en los problemas que muestra. 

1. ¿Te consideras feminista? ¿Por qué? 

Primero, necesitamos definir exactamente qué es el feminismo para responder esto con precisión y con matices. 

El feminismo analiza las injusticias, busca y utiliza los mecanismos existentes para erradicarlas. Es un movimiento o filosofía para construir un mundo mejor, un antídoto para estas injusticias. 

Mi activismo o militancia es algo natural. Desde pequeña siempre me he dado cuenta de que teníamos que luchar más duro para estar presentes y que había desigualdades y prejuicios absurdos en cuanto a nuestras capacidades, solo por ser mujer. 

Desafortunadamente, normalicé esa lucha y ahora, gracias a los movimientos emergentes, me estoy dando cuenta de que no debería tener que trabajar más duro que un hombre por el mismo trabajo o el mismo salario, pero que este es un problema de justicia social. 

Estoy en la fase de deconstruir la aceptación, aunque no la sumisión, del patriarcado en el que me crié. 

2. ¿Te ha ayudado el feminismo en tu sector / área o en tu día a día? 

Las mujeres sufren diariamente injusticias, situaciones violentas que experimentan como "normales" y que pasan desapercibidas. Ha llegado el momento en que, gracias a todos estos testimonios que están aumentando, la normalización se ha roto, al observar que estas no son experiencias aisladas, sino injusticias de un colectivo, el de las mujeres. Me ha ayudado a comprender que no estoy sola, que las injusticias que sufro por ser mujer no me ocurren solo a mí. 

Si “ayúdame” significa que me has asignado la oportunidad de estar presente en paneles donde se han impuesto “cuotas”, sí, pero nunca lo sabré porque no sé si me has elegido por cuota o por la calidad de mi trabajo. Lo cual me da sentimientos encontrados hacia la imposición de cuotas, ya que lógicamente prefiero que me incluyan por mi “buen hacer” no por el hecho de ser mujer, o ser blanca o negra, o ser de este o aquel país, porque ese no deja de ser discriminación positiva. 

Espero que pronto no haya necesidad de un sistema de cuotas que esté justamente presente. 

3. En su opinión, ¿qué dos medidas cree que deberían implementarse para mejorar la igualdad? 

Que las empresas están obligadas a igualar los salarios por el mismo trabajo y no por género. 

Que las empresas realmente apoyan a hombres y mujeres para conciliar la vida familiar con el trabajo que realizan, sin sacrificar a ninguno de los dos.  

Aunque también creo que este esfuerzo no debería reducirse solo a la esfera legislativa, como si la igualdad se ganara solo a través de la aplicación del estado. Con la legislación hay dos problemas: 1) la legislación puede ser revocada, y 2) estas soluciones sobrecargan el sistema judicial y sirven solo a ciertas personas. 

Si hay leyes, también deberían ir acompañadas de un cambio social, para que haya conciencia, invirtiendo en educar que la igualdad es tarea de todos, no solo en el sistema escolar. 

 Es urgente abordar la violencia machista de una forma más eficaz e integral: provisión presupuestaria, mensajes que pongan más énfasis en “no maltratar a las mujeres” y no en “mujeres denuncia…”. 

4. ¿Has encontrado algún obstáculo por ser mujer? ¿Cuáles? 

He trabajado en muchos sectores: en el cine, en el periodismo, en el deporte, en la radiodifusión y otros programas de televisión, en el sector social… y en absolutamente todos, sin excepción, he vivido el patriarcado y el machismo. 

Además, en los puestos directivos suelen ser los hombres los que “seleccionan” colaboradores o empleados, y los criterios para elegir un hombre son claros y adecuados a su capacidad profesional, pero a la hora de seleccionar a una mujer, en ocasiones he observado que los criterios son indistinto. Recuerdo a un productor de cine que era mi jefe, cuando recogió unos currículums que tenían sus notas de entrevistas con candidatos, había notado si ella era hermosa, muy linda, fea. 

Por otro lado, cuando me encuentro con editores de grandes medios siento su falta de atención y consideración hacia mi trabajo, su condescendencia y paternalismo. Escucho comentarios como “Te cansarás de moverte con tanto peso en tu mochila de la cámara, será peligroso para ti ir a este o aquel país…” Y pienso: “Tendré que decidir que , no él". 

Yo misma tengo una sección en mis redes que publico todos los domingos titulada “Fotógrafas que habitan” con la intención de resaltar el trabajo de excelentes fotógrafos a las que no se les suele dar espacio para su expresión. 

Comparte este contenido en las redes sociales